Aborde de la muerte para llegar ala escuela

 

La historia de Mario cobró gran notoriedad en 2012, cuando se lo nombró el niño cero falta. En las últimas semanas vuelve a salir a la luz, aunque esta vez por una noticia sobre su estado de salud que resultó no ser cierta.

Su mamá dice que es un niño muy responsable, muy despierto e inteligente. "Es dócil y compañero" lo define. Viven en una casa prestada desde hace 21 años, cuyos dueños hace tiempo no ven pero pretenden seguir allí al menos hasta que Mario termine la escuela.

"Yo le deseo que pueda estudiar, que no tenga una vida tan sacrificada como tuvimos nosotros" expresó su mamá.

Mario concurre a una escuela rural que tiene siete alumnos. Él, a sus 11 años, está en 5to de escuela y es el único que cursa ese año. Trabajan todos juntos en el mismo salón con contenidos adaptados a su nivel.

Lo primero que hace Mario al llegar a su casa es hacer los deberes: "Me saco la ropa de la escuela, me pongo la viejita y hago los deberes. Lo que más me gusta es la matemática, la lectura, la escritura y ciencias naturales". Cuando sea grande, sueña con ser veterinario. Pero mientras tanto, ayuda a la mamá en la casa. "Fregamos, lavamos, cortamos leña" expresó.