Un piloto estadunidense y otro ruso, que han viajado más tiempo y más lejos que nadie en un globo aerostático, aterrizaron el sábado sin problemas en las costas de México, después de completar un viaje de casi 11 mil 300 kilómetros a través del Océano Pacífico.
Los pilotos del equipo Two Eagles (Dos Águilas) aterrizaron frente a la península mexicana de Baja California, en un punto a unos 480 kilómetros al norte de Cabo San Lucas.
Los tripulantes hicieron descender su aeronave de helio hasta baja
altura y dejaron caer cuerdas gruesas al mar para ayudar a frenar el
globo antes de concluir con su maniobra de descenso controlado.
La hazaña permitió romper dos récords de larga data para viajes en globo.
El estadunidense Troy Bradley, de Albuquerque, y el ruso Leonid
Tiukhtyaev despegaron de Japón el domingo pasado y el viernes lograron
batir el que se consideraba como 'santo grial' de los logros en esta
categoría de viaje aéreo: las 137 horas de vuelo establecidas en 1978
por Ben Abruzzo, Maxie Anderson y Larry Newman en el primer vuelo en
globo, en su caso a través del Atlántico.
También superaron fácilmente el récord de distancia, de 8 mil 382
kilómetros, establecido durante el primer vuelo a través del Pacífico en
1981.
El mundo ha seguido los progresos de los dos pilotos a través de
internet y de sitios de medios sociales. Aun así, la distancia y el
tiempo oficiales de su viaje los confirmará la Federación Aeronáutica
Internacional, que requiere superar un 1% los récords anteriores.
Para el sábado por la mañana, el equipo Two Eagles ya había destrozado el récord de distancia.
La tecnología ha mejorado muchísimo en los últimos años. No creo que vaya a haber ninguna duda sobre los récords", comentó Katie Griggs, directora regional de la organización sin ánimo de lucro Ballon Federation of America.
El globo está equipado con una serie de monitores y otros
instrumentos para el seguimiento de su curso y que recopilan los datos,
una tecnología que no existía en décadas pasadas y dejó algunas marcas
sin confirmar.
El viaje fue duro para los pilotos, que llevaban días respirando con
la ayuda de tanques de oxígeno, ya que la gran altitud puede pasar
factura en el estado físico. Sin embargo, se las arreglaron para hacer
bromas y mantenerse en contacto con el centro de mando y sus familias.
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