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Captan racismo en Reino Unido y causa suicidio

 




Desafortunadamente, el Reino Unido se está hundiendo poco a poco en las profundidades del deterioro moral y la decadencia social, día sí y día también, ya que se niega a adoptar medidas concretas para frenar la tendencia creciente del racismo y los crímenes de odio.

Un reciente ejemplo notorio del racismo en Gran Bretaña es el brutal asesinato de un iraní, llamado Biyan Ebrahimi, a manos de un grupo de matones extremistas que lo dejó inconsciente y le prendió fuego en Brislington, Bristol, mientras todavía estaba vivo. Biyan era una persona discapacitada, que fue erróneamente etiquetado como un pedófilo por los vecinos, “después de fotografiar a jóvenes que él sospechaba le destrozaban sus preciosas cestas colgantes.”

“Cualquiera que sea la causa de la misma, había un número de vecinos que eran hostiles al Sr. Ebrahimi y alegaban que él era un pedófilo”, dijo el fiscal. “De hecho, no hay evidencia en absoluto que apoye esta afirmación.”

Aunque, el jefe de la Policía de Avon y Somerset, Nick Gargan, ha reconocido recientemente un “fracaso colectivo” de los organismos oficiales y de otros en la protección de la víctima justiciera del asesinato, Biyan Ebrahimi, apenas hay elementos para justificar sus fracasos.

Lee James, de 24 años, se declaró culpable de asesinato y fue condenado a una pena mínima de 18 años. Norley se declaró culpable de ayudar a un delincuente y recibió cuatro años. Esa es la clase de justicia impuesta a un par de asesinos en Gran Bretaña.

Se ha informado que después de asesinar a Ebrahimi y quemar su cuerpo, James le dijo a su novia: “Lo solucionamos. Nos encargamos de todo.”
James declaró a la policía que había pateado a Ebrahimi “como a una pelota de fútbol… Tenía tanta ira dentro de mí”.

Biyan Ebrahimi, quien se trasladó al Reino Unido en 2001, hizo varias llamadas a la policía durante las 48 horas previas a su asesinato, pero “esas llamadas no eran atendidas”.

La hermana de Biyan, Manizhah Moores, recuerda a su hermano como “un hombre amable, cuyos intereses principales en casa eran cuidar de su gato callejero y de sus cestas de flores. Por desgracia, también, fue objeto de terribles intimidaciones por parte de malas personas a diario.

Llámenlo racismo, llámenlo perjuicio – no importa cómo se llame, las acciones a que nuestro hermano estuvo sometido fueron bárbaras. Estas incluyen prender fuego a su casa cuando vivía en West Town Carril [una zona de Brislington, Bristol], haciendo que nuestro querido hermano, de voz suave, se hundiera más y más en la depresión”.

Biyan es sólo la punta del iceberg. De hecho, el sentido trágico del racismo y el odio están penetrando a través de la estructura misma en la sociedad británica, devorándola como un tipo de cáncer.
El racismo, el cual es una forma extrema de deshumanización, tiene una historia bastante larga en Gran Bretaña y hay grupos y organizaciones que se aprovechan de él y de otras formas de discriminación, como medio para alcanzar sus objetivos diabólicos y pintar una imagen falsa de una raza o religión.

A esto se suma el excesivo registro a que son sometidas estas personas, un hecho que queda en evidencia al sopesar las cifras de inspecciones con el número de arrestos por delitos reales. Entre las revisiones por sospechas, que exceden el millón, solo el 9% terminó en detenciones.

Un estudio realizado por un órgano controlador de la Policía en Inglaterra reveló que una de cada cuatro revisiones realizada por los agentes es ilegal. Esta clase de problemas raciales dentro del organismo ya ha sido tema de primera plana en los últimos años.

Los datos del estudio advierten que los grupos étnicos y las minorías negras fueron detenidos proporcionalmente más que los blancos.

El caso de Nathan es muestra fehaciente de lo que padecen estas minorías. Él fue abordado mientas conducía rumbo a su trabajo y de inmediato la Policía le pidió que saliera de su auto. "El policía me gritó: 'puedo oler a marihuana en tu coche, tu hueles a marihuana'. Así que le dije 'creo que están equivocados porque yo ni siquiera fumo cigarrillos y mucho menos marihuana'", relata el joven.

Durante la inspección, Nathan fue sujetado por las muñecas. En ese momento, según explica, comenzó a crecer en él la indignación. La experiencia de Nathan es solo una de las muchas historias de la población negra y las minorías étnicas. Jóvenes que sufren el trato injusto de la Policía.

Janet Hills, detective de la Policía Metropolitana, asegura que ella misma ha sido detenida y registrada en repetidas ocasiones. "He sido detenida y registrada una y otra vez. Cada vez que he ejercido el poder, siempre me basaba en información que disponía para detener a una persona y no simplemente porque estaba parada en la esquina", asegura Hills.

Además, los datos muestran que de más de un millón de revisiones realizadas cada año, solo el 9% resulta en un arresto. La ministra del Interior, Theresa May, considera esto como un "dato inquietante".

En respuesta a un informe de la Comisión Independiente de Quejas contra la Policía sobre el mal manejo de las quejas de racismo y discriminación por parte de Scotland Yard, la Policía emitió la siguiente declaración: "Estamos decididos a ser menos defensivos y aceptar cuando no estamos funcionando como debería ser. El informe es contundente, desilusionamos al público cuando se revela cómo atendemos las quejas relacionadas con el racismo. Necesitamos entender qué es lo que hacemos mal y al mismo tiempo aprender de las cosas que hacemos bien".

Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/107951-racismo-reino-unido-minorias-policia

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