El hotel tiene unos ventanales gigantes en el frente del edificio de 10 pisos, y la idea original era que los visitantes pudieran ver la linda vista hacia el Zoológico de Berlín, sin embargo, lo que no estaba en planes era que los peatones pudieran verlos desde la calle mientras hacen sus necesidades.
Obviamente la noticia se corrió como pólvora, con gente fotografiando a los pobres huéspedes en su momento de relajo y privacidad sin que se dieran cuenta, por lo que el hotel emitió una disculpa y colocó avisos en los baños, advirtiéndole a los usuarios que del otro lado del ventanal pueden ser vistos por animales del zoológico y humanos averiguadores.
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